Influencia del clásico de Pac-Man en jóvenes gamers

Foto: tec.com.pe

Pac-Man llegó hace 40 años para revolucionar la industria de los videojuegos, pero su influencia fue más allá, al grado de ser considerado un icono más de los 80.

La década de los 80 también vio nacer a otra estrella de la cultura pop, cuyo máximo talento era devorar fantasmas y mantener entretenidos por horas a los adolescentes de la época, Pac-Man nació en Japón, pero fue hasta que llegó a Estados Unidos donde se volvió popular, llegó a aparecer en cajas de cereal y hasta ser la portada de la revista Time. También tuvo su propio show de televisión y ha aparecido en series, películas y videos musicales.

A partir de Pac-Man, las salas de videojuegos comenzaron a diversificarse con gente de todas las edades y cada vez más mujeres, pues ya se sentían más atraídas hacia la cultura arcade.

Desde los años 80, los jóvenes empezaron a empeñarse cada vez en pasar los niveles y esto hacía que todos los días las salas de videojuegos estuvieran a reventar, si los videojuegos influenciaran a los jóvenes, en unos años estarán todos en habitaciones oscuras con luces destellantes comiendo pastillas, mientras escuchan música electrónica para divertirse, refirió Kristian Wilson, uno de los creadores de Nintendo al ver que Toru Iwatani, una persona que no sabia absolutamente nada sobre la creación de videojuegos, había creado un juego que se había vuelto una competencia para los juegos de su compañía.

High Score, la nueva serie de Netflix, cuenta como el icono con más auge en los jóvenes a nivel mundial, ya que en la época solo existían juegos de guerra, pero este videojuego llego con el fin de quedarse ya que no era el juego común de matar marcianos, y los jóvenes tenían el reto de pasar todos los niveles si o si para ser mas populares en las salas creativas.

Así como lo hizo William James “Billy” el mejor jugador de todos los tiempos en el videojuego, alcanzando una puntuación de 3.333.360 puntos y el primero en alcanzar un millón de puntos en Donkey Kong.

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